MIERCOLES SANTO -MISA CRISMAL 2012- S.A.I. CATEDRAL DE LA ENCARNACIÓN

A las 11 de la mañana, Monseñor Adolfo González Montes, Obispo de Almería, presidió el miércoles 4 de abril la celebración de la Misa Crismal en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de La Encarnación, junto a la gran mayoría de Párrocos de la Diócesis, haciéndose presente el Movimiento Cursillos de Cristiandad de Almería, para esta solemne celebración en las personas del Presidente Diocesano Juan Manuel Góngora Ramos y la Vocal del Secretariado para los M.C Social Manuela Matarín Ayala.

 

Esta celebración litúrgica constituye una de las principales manifestaciones de la unión estrecha de los Presbíteros con el Obispo. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

 

El Santo Crisma,es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.

 

La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra este Jueves Santo por la mañana para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los Obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.

 

La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa "el ungido del Señor". El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar "el buen olor de Cristo" que deben despedir los bautizados.

 

Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo. Este aceite es un jugo untuoso de color verde amarillento que se extrae del olivo o de otras plantas.

 

El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo. Con este óleo el Espíritu Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador como el de Jesús.

 

Los Santos Óleos consagrados en la Misa Crismal celebrada en la mañana del Miercoles Santo por el Obispo reunido con el Presbiterio Diocesano, estan contenidos en tres ánforas preciosas que se guardan en un lugar previamente destinado dentro de nuestra Santa y Apostólica Iglesia Catedral.